Según los escritos, recopilaciones de
relatos indígenas, del Padre Juan de Velasco la historia del Reino de Quito se
da en cuatro épocas, la primera comprende algunos siglos después del
general diluvio, hasta que fue conquistado por Carán Scyri, cerca del año mil
de la era cristiana. La segunda duró cerca de quinientos años
hasta que fue conquistado por el Inca Huainacápac, en el de 1487.
Según el cronista padre Anello Oliva:
Otoya partió hacia el sur y no
regresó más por lo que su padre se encontraba preocupado y envió a Quitumbe a
buscarlo y traerlo si lo encontraba. Quitumbe, cumpliendo con la orden
paterna partió hacia el sur; solo llegó hasta Túmbez, donde fundó la población
que lleva el nombre mencionado en recuerdo a su persona.
De Túmbez regresó a la isla de Puná, en ella se casó con Lliray tuvo un hijo
que se llamó Guayanay, que quiere decir golondrina, amigo de las aventuras. Posteriormente,
Quitumbe resuelve dirigirse a explorar el oriente del lugar en que se
encontraba, junto con un grupo de valientes. Caminaron unos días hasta coronar
la Cordillera Occidental de los Andes y llegaron a un hermoso valle,
en el cual Quitumbe funda una ciudad, a la misma que le llama Quitu, en
homenaje a su padre que ya había muerto; hoy actual capital
del Ecuador.
Guayanay, hijo de Quitumbe partió hacia los territorios que hoy pertenecen al
Perú, allí tuvo un hijo, el cual a la vez, fue padre del fundador del
Imperio de los Incas, Manco Cápac I.
Aquiles Pérez, nos lo presenta así: En
resumen, la tradición de Catari (Quipucamayo, que relata la historia) dice:
Después del diluvio, llegaron gentes a Caracas, en donde poblaron, parte de
ellos se trasladaron a Sumpa, hoy punta de Santa Elena y fundaron una
población, siendo el jefe de ellos Tumbe o Tumba.
Este envió un
capitán por conocimiento de nuevas tierras, concediéndole el plazo de un año
para su regreso; no volvió jamás con los suyos; más tarde comprobaron la
aparición de él, en Chile, Paraguay, Brasil y otros confines de la Tierra.
Muerto Tumbe, sus dos hijos Quitumbe, el mayor y
Otoya, el menor, tuvieron sus diferencias por la sucesión; pero Quitumbe dejó
en paz a su hermano Sampu y salió con gente, a probar fortuna, dejando en cinta
a su mujer Llira, la cual dio a luz un hermoso niño al cual llamó Guayanay, que
significa golondrina. Quitumbe se detuvo donde ahora son las costas de Tumbes y
estableció el pueblo de ese nombre. Desde ahí envió una expedición en busca de
la mandada por su padre; la que avanzó hasta las costas de Rimac (hoy Lima) y,
sin encontrar huellas, regresó a informar de las buenas tierras y de las
posibilidades para poblarlas.
Otoya, por sus condiciones disolutas, consiguió el repudio de los suyos,
quienes fraguaron su asesinato; descubierto mató a los conspiradores y continuó
en su gobierno. En estas circunstancias aparecieron unos gigantes que
tiranizaron a la población, apresaron a Otoya, quien murió en la prisión cuando
esos extraños fueron quemados por copos de fuego caídos de la atmosfera.
Quitumbe en el conocimiento de la llegada de los gigantes y de sus crímenes
bestiales, abandonó Tumbes o tumba; y navegando en canoa, llegó a la Isla Puná,
la cual desocupó por parecerle pobre en lluvias y, cambiando de rumbo, llegó a
nuestra Sierra donde formó otro pueblo de nombre Quitumbe. De esta
población (hoy Quito) mandó gentes que conocieron hasta Cuzco y Charcas.
Estimamos que los Cayapas fueron los
primeros habitantes de Quitu y, que de sus jefes sucesores, apareció Manco,
mas tarde llamado Manco Cápac, el fundador del imperio de los Incas.
Bibliografía
Pérez, Aquiles: Quitus y Caras, Gráficas
Nacionales, Quito-Ecuador 1960.
Echeverría, José: Las sociedades
prehispánicas de la Sierra norte del Ecuador: una aproximación arqueológica y
antropológica, Imprenta noción, Quito Ecuador, 2004.